Rotary es una institución extraordinaria, con una historia
centenaria de servicio y transformación social. Pero como toda organización
global, su imagen pública depende de algo fundamental: el foco. En un mundo
saturado de información, causas y urgencias, solo quienes logran enfocarse con
claridad en un propósito comprensible y compartido alcanzan la relevancia
institucional que los proyecta hacia el futuro.
Desde el Comité de Imagen Pública y Comunicación de Rotary,
estamos convencidos de que ese foco debe ser la paz. Porque, en el
fondo, todo lo que hacemos en Rotary es paz. Lo es el trabajo por
la erradicación de la polio. Lo es el empoderamiento de las niñas. Lo es la
protección del medio ambiente. Lo es también el fomento de la diversidad, que
es el conocimiento de nuestras diferencias, y por tanto, el punto de partida para
la concordia. La paz no es un proyecto aislado: es el sentido profundo que da
coherencia a nuestras acciones, ya sean locales o globales, tangibles o
simbólicas.
Y no partimos de cero. Rotary ya ha contribuido de forma
determinante a la paz en el mundo. Desde 2002, hemos otorgado más de 1800 becas
en nuestros Centros de Rotary pro Paz a líderes de más de 140 países,
formándolos académica y profesionalmente para ser catalizadores del
entendimiento, la mediación y el desarrollo humano. Estos becarios —hoy
profesionales en gobiernos, ONG, Naciones Unidas, universidades y organismos
multilaterales— son el capital humano más valioso que hemos generado como
institución.
Sin embargo, hay una paradoja que debemos afrontar con
honestidad. A pesar de nuestra trayectoria y de nuestro potencial, la
relevancia global de Rotary se diluye. La estructura descentralizada —con
más de 30.000 clubes soberanos—, la diversidad de acciones y la falta de una
narrativa común dificultan la proyección global. Muchas veces, Rotary parece
más una suma de buenas intenciones locales que una voz institucional global con
peso en los grandes debates contemporáneos.
¿Qué podemos hacer?
Propongo algo concreto: que cada año, los ex
becarios de Rotary pro Paz elaboren el gran Informe Anual sobre la Paz en el
Mundo. Un documento riguroso, coral, multilateral y esperanzador, que reúna
el conocimiento y las experiencias de estos líderes en todos los rincones del
planeta. Un informe que se presente cada año en Naciones Unidas, frente a todos
los países. Que se convierta en una referencia esperada, como lo es el informe
del IPCC sobre el cambio climático o el informe anual del PNUD. Que
lleve la firma de Rotary. Que sea el marco institucional que
necesitamos para poner la paz en el centro de todo.
Ese informe no solo consolidaría nuestra autoridad moral y
académica en materia de paz, sino que multiplicaría nuestra visibilidad
pública, nuestro impacto mediático y nuestra capacidad de incidencia
internacional. Y, sobre todo, daría a nuestros clubes una narrativa clara,
reconocible y compartida, capaz de atraer nuevos socios, reforzar alianzas y
renovar nuestro compromiso con el mundo.
Rotary lleva más de 20 años formando a los líderes actuales
de la paz. Ha llegado el momento de que nuestra organización se beneficie de
esta apuesta. Por ello propongo que el Comité sobre Paz del Distrito 2202
lidere, primero con Iberia, luego con nuestra zona, y finalmente en Evanston,
una propuesta para coordinar y publicar este informe.
Albert Torras
Presidente del Comité de IP y Comunicación